miércoles, 1 de julio de 2015

Ecorregiones de Argentina



¿Qué son las ecorregiones?

Las regiones ecológicas o ecorregiones son grandes áreas, relativamente homogéneas, en las que hay diferentes comunidades naturales que tienen en común un gran número de especies y condiciones ambientales. Los principales procesos ecológicos que mantienen la biodiversidad (por ejemplo, la conexión entre ambientes naturales que permite la reproducción de muchas especies) y los servicios que los ecosistemas naturales proporcionan a la gente (por ejemplo, la disponibilidad y calidad de agua dulce) son evidentes a escala ecorregional.

Las ecorregiones son el nivel de organización biológica más apropiado para conservar la variabilidad de especies, de ecosistemas y de sus funciones. Incluso, es posible encontrar características socioculturales propias de una ecorregión asociadas al desarrollo histórico de las sociedades en interacción con el medio natural en el que viven. En otras palabras, las ecorregiones son “el gran paisaje” que modela no sólo las formas en que evoluciona lo viviente, sino también la cultura humana. El término se origina a partir de las regiones fitogeográficas o biogeográficas, pero incluye otros valores que van más allá de los biológicos.

Por otro lado, las ecorregiones se presentan a una escala geográfica adecuada para el desarrollo e implementación de políticas regionales. Es por ello que el enfoque ecorregional se ha consolidado como el más apropiado para el análisis y la planificación en cuestiones relacionadas con la conservación del medio ambiente. No obstante, se debe reconocer que existen circunstancias administrativas que propician la adopción de un enfoque jurisdiccional. La gestión de los recursos naturales se realiza, en general, en función de los límites geopolíticos. El nuevo desafío es armonizar a escala ecorregional (por ejemplo, al promover que los parámetros para el aprovechamiento forestal en distintas provincias que comparten una ecorregión sean idénticos).

Conservar la naturaleza incluye asegurar la conservación de procesos ecológicos como el flujo genético natural de las especies –el motor de su evolución– y los servicios que brindan los ecosistemas a la sociedad, mas allá de las fronteras políticas.




Fuente: Brown, A., U. Martinez Ortiz, M. Acerbi y J. Corcuera (Eds.), La Situación Ambiental Argentina 2005, Fundación Vida Silvestre Argentina, Buenos Aires, 2006.



Regiones forestales de Argentina

Hacer click en el enlace:
http://www2.medioambiente.gov.ar/bosques/umsef/cartografia/mapa.asp?mapa=regiones




viernes, 5 de junio de 2015

¿Porqué las Islas Malvinas son argentinas?

- Las Malvinas son argentinas. Porque fueron españolas

- Las Malvinas son argentinas. Porque son la prolongación de la Patagonia.

- Las Malvinas son argentinas. Porque se alzan en la plataforma submarina del Atlántico Sur.

- Las Malvinas son argentinas. Porque están bañadas en el Mar Epicontinental Argentino.

- Las Malvinas son argentinas. Porque así lo aceptó Inglaterra en el Tratado de Paz y Amistad de 1825.

- Las Malvinas son argentinas. Porque ninguna nación del mundo puede presentar mejores títulos para su posesión y dominio que la República Argentina.

- Las Malvinas son argentinas. Porque Inglaterra no protestó por los actos de posesión y afirmación nacional cumplidos en Puerto Nuestra Señora de la Soledad por la Fragata "Heroína en 1820, y el bergantín "Belgrano", en 1825.

- Las Malvinas son argentinas. Porque Inglaterra no protestó por la ley de Buenos Aires de 1821 acerca de la caza de anfibios en las costas patagónicas e islas adyacentes.

- Las Malvinas son argentinas. Porque Inglaterra no se opuso a los contratos de explotación y pesquería suscriptos por el gobierno argentino con Pacheco, en 1823, y Vernet, en 1828.

- Las Malvinas son argentinas. Porque sobreviven importantes reliquias toponímicas y folklóricas del antiguo dominio argentino en las islas, tales como el nombre criollo de numerosos lugares y la designación, también criolla, sin excepción, de todos los aperos y pelajes del caballo, compañero inseparable del gaucho y el indio y que fue como un asta para la bandera que anduvo sobre él".

- Las Malvinas son argentinas. Porque así lo expresa categóricamente la Constitución Nacional: "La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional".

- Las Malvinas son argentinas. Porque, tal como lo planteó el internacionalista uruguayo Héctor Gros Espiell, jamás ha existido en las islas Malvinas durante la ocupación inglesa un pueblo, en la acepción que la expresión tiene en el derecho Internacional actual. Un pueblo, en sentido jurídico internacional, es una comunidad humana con historia y una conciencia de su individualidad, que desea mantener su carácter propio, su querer vivir colectivo, mediante un status jurídico que asegure la preservación de su ser específico, que no se reconoce inmerso en la colectividad nacional de la potencia colonial y que siente como una afrenta el dominio colonial y extranjero que lo subyuga.

- Las Malvinas son argentinas. Porque en vista de lo antedicho, cuando no existe un pueblo como titular del derecho a la libre determinación y cuando, además, el territorio usurpado por la potencia colonialista formaba parte del estado al que la agresión imperialista desmembró, la aplicación correcta del principio de la libre determinación exige que ese territorio sea reintegrado al del Estado del que arbitrariamente fue separado.

- Las Malvinas son argentinas. Porque el principio de autodeterminación fue descaradamente desestimado en 1971 con los pobladores nativos y originarios de la isla Diego García ubicada en el Océano Indico. La población, en su totalidad, fue deportada a cientos de kilómetros para instalar una base norteamericana merced a un acuerdo secreto con el Reino Unido dada su importancia estratégica (similar a la de las Malvinas).

- Las Malvinas son argentinas. Porque son las islas del tesoro negro. Según el gobierno isleño, hay el equivalente a más de 60.000 millones de barriles en las aguas adyacentes al archipiélago. Otros cálculos más conservadores hablan de 18.000 millones de barriles. En cualquier caso, es una riqueza que supera por amplísimo margen las reservas totales de crudo de la Argentina y Gran Bretaña.

- Las Malvinas son argentinas. Porque ni el acta de rendición de Puerto Argentino del 14 de junio de 1982, ni los acuerdos debatidos en España a partir del 17 de octubre de 1989, ni la declaración (o tratado) de Madrid del 15 de febrero de 1990 cerraron el debate relativo a la soberanía nacional sobre las islas, dado que el 5 de noviembre de 1982 la ONU declaró que la cuestión de la soberanía debía resolverse mediante negociaciones e instó a negociar entre las partes. Es decir, las Naciones Unidas dejaron bien claro que la guerra no resolvió el diferendo territorial.

- Las Malvinas son argentinas. Y no un páramo helado que da pérdidas. Por eso Inglaterra no las ha devuelto ni tiene intención de hacerlo. Este criterio lo ha repetido – y continua haciéndolo – cierto sector de ignorantes que repiten una falacia hábilmente impuesta por la anglofilia y los medios de comunicación financiados desde Londres. Por el contrario, son el reservorio de alimentos y energía del futuro y la llave natural de comunicación interoceánica, en caso de inutilización del Canal de Panamá.

- Las Malvinas son argentinas. Porque la Guerra del Atlántico Sur no fue una querella e privada entre dos aficionados al whisky – la Dama de hojalata y el General de charretera y moña – con el objeto de apuntalar sus respectivos frentes internos erosionados por el descontento popular. Fue la eclosión de una escalada que comenzó en el año 1975 (retiro de embajadores, disparos disuasivos del destructor Storni, etc.) cuando se dimensionaron las gigantes reservas de petróleo que podía contener el Mar adyacente a Malvinas y el Mar Epicontinental también.

- Las Malvinas son argentinas. Porque constituye la mayor controversia de soberanía existente en el planeta: un enorme espacio territorial marítimo, mayor aún que la superficie territorial argentina.

- Las Malvinas son argentinas. Porque quieren convertirlas en la cabecera de playa de las plataformas de los yacimientos del Mar del Norte en vías de agotamiento.
Las reservas del Atlántico Sur están estimadas en 6 billones de dólares.

La posesión inglesa en las Islas Malvinas, basada en la agresión injusta y en el uso de la fuerza sirve de base para reclamar en forma arbitraria y ridícula supuestos derechos sobre la zona de proyección hacia el Polo Sur de las Islas Malvinas, pretendiendo que la Antártida Argentina, comprendida en esos límites, son "dependencias de las Islas Falkland", como ellos la llaman.

Además del fundamento deleznable del derecho invocado, se desconoce la obra admirable de descubrimiento y ocupación permanente realizada en la inhóspita región por la República Argentina, desde hace más de medio siglo.
Fuente: Asociación de Veteranos de Malvinas de general Pico Alberto Amesgaray

10 de junio: Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes

Cada 10 de junio, la República Argentina conmemora la fecha de creación, en 1829, de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos por parte del Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Desde su primeros pasos como Nación independiente, la Argentina, en su condición de heredera de los territorios del Atlántico Sur que habían pertenecido a España, ejerció sus derechos de manera permanente, procediendo al dictado de las normas y el establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaran el ejercicio de su soberanía, fomentando el desarrollo de actividades comerciales, el establecimiento de población y una oficina administrativa local. La culminación de dicho proceso fue el dictado del Decreto estableciendo la Comandancia Cívica Militar de Malvinas, en la fecha que hoy recordamos, a cuyo frente fue designado D. Luis Vernet.
El 3 de enero de 1833, quebrantando la integridad territorial argentina, el Reino Unido ocupó las islas y desalojó a los habitantes y las autoridades argentinas, procediendo a ejercer un férreo control migratorio e impidiendo la radicación de argentinos provenientes del territorio continental con la finalidad de configurar una población a la medida de sus pretensiones coloniales. En más de 180 años, la Argentina nunca consintió la usurpación británica.
La posición argentina cuenta con un amplio respaldo internacional. América Latina y el Caribe apoyan firmemente nuestros legítimos derechos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Dicha solidaridad se extiende también a países de otras regiones, como las 54 naciones africanas que en 2013 suscribieron la declaración de Malabo (Guinea Ecuatorial) en la que reconocieron los derechos de soberanía argentinos.
Por su parte, múltiples organismos y foros internacionales instan a la Argentina y al Reino Unido a reanudar las negociaciones para poner fin a la disputa de soberanía de manera pacífica y definitiva, entre ellos se destacan la Organización de las Naciones Unidas, la OEA, el Grupo de los 77 y China, las Cumbres Iberoamericanas y las Cumbres de Países Sudamericanos y Árabes (ASPA).
Es importante destacar que este apoyo fue renovado en la reciente Asamblea de la OEA que se celebró el pasado 6 de junio en Asunción. En la misma se aprobó por aclamación una Resolución llamando a retomar el diálogo entre Argentina y el Reino Unido por la Cuestión Malvinas. En esta reunión hubo un récord de países que pidieron la palabra para expresar su apoyo explícito al cumplimiento de las Resoluciones de las Naciones Unidas, lo que demuestra la creciente solidaridad regional con la causa.
Las numerosas y contundentes manifestaciones de foros regionales y multilaterales a favor de una resolución pacífica de la disputa de soberanía mediante negociaciones bilaterales han sido compiladas en la publicación “La Comunidad Internacional y la Cuestión Malvinas”, publicada recientemente por este Ministerio.
A pesar del tiempo transcurrido y de las innumerables invitaciones al diálogo de la República Argentina, el Reino Unido se niega a reanudar las negociaciones de soberanía. Negociaciones - que en cumplimiento de la Resolución 2065 (XX) de las Naciones Unidas - desde 1966 y durante 16 años llevaron a que las Partes consideraran diferentes alternativas para resolver la disputa. Londres no dudó en ese entonces en negociar la cuestión de fondo con la Argentina, aún con un gobierno de facto. Resulta incomprensible e inadmisible su negativa a volver a la mesa de negociaciones con sucesivos Gobiernos democráticos.
El principio de libre determinación de los pueblos, que es el único elemento en el que el Reino Unido pretende basar su posición y que plantea exclusivamente en relación con las Islas Malvinas, resulta total y evidentemente improcedente e inaplicable a la controversia sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes. Tal pretensión no encuentra sustento alguno en el derecho internacional ni en ninguna de las 40 Resoluciones de la ONU sobre la Cuestión Malvinas, que definen la naturaleza bilateral de la disputa de soberanía y no puede servir de excusa para relevar al Reino Unido del deber que le cabe de conformidad con el derecho internacional de resolver pacíficamente la controversia mediante la reanudación de negociaciones con la Argentina.
La negativa al diálogo encubre, además, una injustificada presencia militar británica en el Atlántico Sur, la que ha generado una creciente preocupación en la comunidad internacional, conforme ha sido expresado por diversos foros regionales y birregionales, así como por países de nuestra subregión que han señalado que la presencia de una potencia extra regional en las Islas Malvinas incide negativamente en el Atlántico Sur como Zona de Paz y Cooperación y constituye una amenaza latente.
A esto deben sumarse las ilegítimas actividades de exploración y explotación de recursos naturales desarrolladas por el Reino Unido en el Atlántico Sur, que  son contrarias a la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a las partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras la controversia esté pendiente de resolución, lo que también ha sido señalado por otros foros de América Latina y otras regiones. Los países del MERCOSUR y la UNASUR, en tanto, asumieron compromisos concretos a fin de no facilitar las actividades de naves que tengan por fin apoyar de manera directa las actividades hidrocarburíferas que afecten los derechos argentinos en su plataforma continental e impedir el ingreso a sus puertos de embarcaciones que enarbolen la bandera ilegal de las Islas. A su vez, el MERCOSUR y la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) reconocieron el derecho que asiste a la Argentina para adoptar acciones legales contra las actividades no autorizadas de hidrocarburos en la zona en disputa.
La recuperación pacífica de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y de conformidad con el derecho internacional, constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, tal como lo establece la Cláusula Transitoria Primera de la Constitución Nacional. Asimismo, los representantes de todas las fuerzas políticas expresaron en la Declaración de Ushuaia su posición común en defensa de los derechos argentinos en la disputa de soberanía con el Reino Unido.
La creación de la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur a fines de 2013 ilustra el firme compromiso del Gobierno nacional con la defensa de los derechos argentinos y la búsqueda de una solución pacífica a la disputa; en tanto que la inauguración en el día de la fecha del “Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur”, ubicado en el predio del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA), constituye una clara demostración de la voluntad política de difundir entre las nuevas generaciones los sólidos argumentos que sustentan la posición nacional y recordar a los argentinos que entregaron sus vidas en defensa de las Islas.
La República Argentina reitera una vez más su derecho inalienable sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, así como su firme disposición a reanudar a la brevedad las negociaciones con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a las que nos exhorta las Naciones Unidas para dar una solución definitiva a esta tan inaceptable como anacrónica situación colonial.

viernes, 24 de abril de 2015

Hambre de soja

Luego de mirar el video, realizar un informe, con título, introducción del tema, desarrollo de las problemáticas y tu conclusión sobre lo que observaste. Extensión obligatoria del trabajo práctico: dos carillas.

martes, 21 de abril de 2015

La soja, el desierto verde

La soja se constituyó en el primer producto de exportación de Argentina y las plantaciones de esta leguminosa se expanden cada año a expensas de la ganadería y otros cultivos tradicionales como maíz, trigo, algodón, papa o lentejas.
"El campo argentino se transformó en un desierto verde", señaló a IPS un preocupado cultivador ante el avance de esta leguminosa.
La Secretaría de Agricultura destaca los resultados de la cosecha de este año por haber llegado a los 36 millones de toneladas de soja, 98 por ciento de las cuales se exporta con destino a la elaboración de harina para consumo humano en países asiáticos y para alimento de animales en Europa.
Sin embargo, ambientalistas, técnicos y numerosos productores advierten que el enorme desarrollo del cultivo de soja, gracias a la biotecnología y a la siembra directa, va en desmedro de la diversidad productiva, provoca a largo plazo un deterioro del suelo y, paradójicamente, contribuye a la baja del precio.
Los valores de la soja en los mercados internacionales pasaron de 307 dólares por tonelada a mediados de los años 90, cuando se introdujo la variedad transgénica en Estados Unidos, a fluctuar ahora en torno a 200 dólares y sin perspectiva de repunte por el exceso de oferta.
"Noventa y cinco por ciento de nuestros socios se volcaron al cultivo de soja", informó a IPS José Luis Lemos, coordinador de la sede en Buenos Aires de la Federación Agraria Argentina, una organización que pasó de reunir a 400.000 pequeños y medianos productores a inicios de los años 90 a 103.000 en la actualidad.
Un ejemplo de la invasión de la soja es el caso de la nororiental provincia de Chaco, tradicional productora de algodón.
En el pasado "teníamos dos millones de hectáreas de (plantaciones de) algodón en el Chaco, con unas 150.000 personas empleadas en su cultivo, pero ahora, con la soja, quedan 100.000 hectáreas y vamos a tener que importar", advirtió el productor.
"Con la difusión de la semilla transgénica y la técnica de siembra directa, producir soja es más redituable y simple que otras actividades del campo, aunque sabemos que el monocultivo a largo plazo afecta la calidad del suelo", admitió Lemos.
Tradicionalmente, el productor hacía rotar diferentes cultivos en los suelos, o dejaba un sector para el pastoreo de ganado, de manera que la tierra descansara y recibiera el abono animal como principal fertilizante.
La siembra directa evita las tareas de labranza, lo cual permite acelerar el ritmo de producción. Esta técnica consiste en mantener siempre una cubierta vegetal sobre los suelos, por ejemplo con rastrojos de la siembra anterior, que actúa como abono natural y protege de la erosión y los cambios de temperatura.
Es utilizada tanto en la agricultura tradicional como en la orgánica. Pero en Argentina su aplicación masiva está asociada al modelo productivo intensivo de la soja transgénica, que es a su vez mucho más rendidora.
La variedad transgénica RR (Roundup Ready) fue desarrollada por la compañía Monsanto para resistir el uso intensivo del herbicida Roundup (basado en glifosato), fabricado por la misma empresa, que termina con todas las malezas que crecen junto a la planta.
Su utilización permitió eludir el combate específico de cada plaga, a expensas de una extrema dependencia de la empresa que vende semillas y herbicida.

"El productor es consciente de que la soja lo hace dependiente, que deteriora el suelo y que afecta la diversidad, pero 'la necesidad tiene cara de hereje'", sintetizó Lemos, dueño de un predio de 100 hectáreas en la oriental localidad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, que también destinó al cultivo de soja.
En diálogo con IPS, el economista Miguel Pereti explicó que en el sur de la central provincia de Córdoba la superficie sembrada con soja creció 118 por ciento en los últimos 10 años, a expensas del maíz, el sorgo y la ganadería.

"Ha sido una transformación muy grande y negativa desde el punto de vista de la sustentabilidad ambiental y social", dijo.
En una década, la superficie ganadera se redujo 35 por ciento en esa zona, en particular en el ganado porcino, que pasó de 470.000 a 152.000 cabezas, según Pereti, coordinador del área de economía y estadística del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en el distrito cordobés de Marcos Juárez.
La soja "nació" como cultivo en Argentina hace apenas 30 años en el centro de la pampa húmeda: el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el sudoeste de Córdoba. En la década de 1990 más de la mitad de las tierras de esa área estaban plantadas con soja.
"Actualmente, 80 por ciento de las tierras aptas para agricultura tienen soja, y cuando comenzó a advertirse que la zona se saturaba se inició la expansión de la frontera hacia otras áreas de las provincias involucradas y a nuevas provincias como (las nororientales) Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Entre Ríos", destacó Pereti.
A su juicio, la expansión se vio facilitada por las nuevas tecnologías que permiten al productor obtener mejores rendimientos con la misma cantidad de hectáreas y mano de obra. "Sembrar soja transgénica es más barato que cualquier otro cultivo", aseguró.
Este factor importa más que la variable de precios a la hora de optar por este cultivo.
"Paradójicamente, el área sembrada crece a medida que cae el precio internacional de la soja, una crisis que comenzó en los (años) 90 en el sudeste asiático (y que) se va resolviendo así con una mayor expansión del cultivo", advirtió Pereti.
Los más críticos son los ambientalistas. La expansión de la soja en Santa Fe y sobre todo en Chaco --donde nace el río Salado-- es una de las causas de las inundaciones que dejaron este año 24 muertos en la ciudad de Santa Fe, dijo a IPS el director de la ecologista Fundación Proteger, Jorge Capatto.

El Salado se desbordó luego de las fuertes lluvias de mayo e invadió la capital de Santa Fe, anegando miles de viviendas.
Los ambientalistas aseguran que la deforestación en Chaco y Santiago del Estero y la escasa permeabilidad de los suelos sometidos a la producción intensiva de soja contribuyeron a aumentar el caudal de ese río.
"Siembra soja y cosecharás inundados", sintetizó Capatto.
Más críticos aún, los integrantes del Grupo de Reflexión Rural (productores, técnicos y activistas) opinan que la siembra directa, la soja transgénica y los herbicidas están haciendo de Argentina un país "agrícola pero sin agricultores", pues más de 500 aldeas han sido abandonadas por sus habitantes.
"Las transnacionales de las semillas --Cargill, Nidera, Monsanto-- nos convirtieron en un país productor de soja transgénica y exportador de forrajes", dijo a IPS Jorge Rulli, del Grupo de Reflexión Rural.

"En paralelo, advertimos enormes carencias alimentarias en la población", señaló.
"Cerca de 12 millones de hectáreas de soja transgénica --en un total de 26 millones de hectáreas con otros cultivos--, regados con más de 100 millones de litros anuales de herbicida producen enormes cantidades de suelo carente de toda vida microbiana que no retienen el agua", alertó Rulli.
Asimismo, señaló que en los últimos seis años desaparecieron 17.000 granjas lecheras de la provincia de Buenos Aires. "Estamos importando leche de Uruguay", remarcó, y también se extinguió casi el cultivo de la variedad de trigo candeal y mermó la producción de maíz.
En la bonaerense localidad de San Pedro, se sembraban hasta hace pocos años unas 6.000 hectáreas de batatas y se hacían dos cosechas anuales de papas. Ahora esa misma tierra produce sólo soja. Lo mismo se repite con pequeñas cosechas de lentejas, zanahorias, alcauciles o arvejas, alimentos que actualmente se importan.
Para la Secretaría de Agricultura, esta transformación del campo no debe alarmar pues responde a la mejor rentabilidad que ofrece la soja con bajo riesgo para el cultivador.
A medida que la oferta aumente y los precios sigan bajando, muchos agricultores pueden volver a plantaciones tradicionales, arguyen las autoridades.
Pero para el Grupo de Reflexión Rural, sólo si se respeta una secuencia de cultivo y se eligen variedades complementarias se podrán "neutralizar los efectos nefastos del monocultivo". En cualquier caso, advierte, no es fácil volver a la producción tradicional.
Una forma de incentivar rotaciones racionales podría ser la implementación de un sistema de impuestos diferenciales que compensen las diferencias de rentabilidad entre la soja y otros cultivos, sostuvo el grupo en su informe de agosto.
De momento, su propuesta cae en un mar de soja. -EcoPortal.net
Por Marcela Valente

jueves, 16 de abril de 2015

El cultivo de la caña de azúcar


Circuitos productivos, economías regionales.

Acerca de las economías regionales y circuitos productivos:

Las economías regionales refieren a todas aquellas actividades productivas que se localizan fuera del área pampeana. Históricamente, la producción de estas economías estuvo destinada al mercado interno.
Estas actividades productivas se organizan por medio de circuitos de producción. Se denomina circuito productivo a un encadenamiento de eslabones o etapas que en conjunto dan lugar a un proceso de producción:
• El eslabón agrícola es la etapa en la que se desarrollan las actividades primarias para la producción de materia prima.
• El eslabón industrial es la etapa en la que se desarrollan las actividades secundarias para la industrialización de la materia prima. En algunos casos, este eslabón se encuentra en la misma región de producción primaria, porque la materia prima debe ser procesada inmediatamente para que no se eche a perder. Por ejemplo, la yerba mate, luego de las 24 horas de cosechada, pierde buena parte de su calidad. En otros casos se encuentra fuera de la región y, en general, forma parte del sector industrial pampeano.
• El eslabón comercial es la etapa en la que se distribuye el producto industrial a los consumidores por medio de los comerciantes mayoristas y minoristas.
Como los circuitos productivos abarcan la producción de la materia prima y su industrialización, se dice que forman parte del sector agroindustrial argentino.

Fuente: “Ciencias Sociales 3”, unidad 16. Ministerio de Educación. http://www.encuentro.gov.ar/Gallery/5993.pdf (adaptación)

lunes, 13 de abril de 2015

Sector agropecuario

EL PAPEL DEL SECTOR AGROPECUARIO

Los sistemas agropecuarios son extremadamente complejos y difíciles de conceptualizar y comprender. Al analizarlos debemos tomar en cuenta un sinnúmero de factores biológicos, químicos, sociales, económicos, históricos, políticos y hasta éticos, para tratar de entender cómo las partes actúan en conjunto para formar el sistema. El análisis de sistemas es un desafío constante a nuestras creencias preconcebidas. No se puede utilizar este enfoque sistemático sin mantener una mente abierta, una inquietud constante para saber el “por qué” de las cosas y la determinación de considerar cada idea por sus propios méritos sin recurrir a las “recetas de cocina”. El análisis de sistemas nos reta a pensar por nosotros mismos y cuestionar todos nuestros conocimientos y creencias agropecuarias. Desde luego, el conocimiento técnico es importante pero es el entendimiento y comprensión los que nos permiten aplicar los conocimientos técnicos en la práctica.
Uno de los propósito de este libro es estimular el pensamiento y cuestionamiento de cosas tan comunes que las damos por un hecho, sin considerar la complejidad implícita en toda interacción biológica.
Empezamos pues, con una pregunta que imagino que todos debemos poder contestar.

2.1 ¿Qué es la agricultura?

Esta pregunta solía hacer a sus estudiantes el Profesor Colin Spedding quien es uno de los pioneros en la aplicación del enfoque de sistemas en agricultura. Su propósito era obligarlos a pensar y razonar.
Al buscar en el diccionario encontramos que la agricultura es “El arte de cultivar la tierra”. ¿Usted cree que esto conteste la pregunta con suficiente detalle? Para entender bien en qué consiste la agricultura hay que saber más sobre quién, cómo y por qué se practica. O sino la definición queda académicamente correcta, pero sin utilidad en la práctica. Pensando un poco, tal vez llegaríamos a una contestación como la siguiente:
“La agricultura es una actividad llevada acabo por el hombre que a través de cultivar la tierra produce alimentos para la población humana.”
Esta definición resalta el papel que juega el hombre en la agricultura. Sin la intervención del hombre no existiría la agricultura y es probablemente verídico decir que, sin la agricultura no existiría el hombre (por lo menos al nivel de civilización que conocemos hoy en día).
También hemos introducido el concepto del propósito de proveer alimento para la población, como objetivo primordial de la agricultura. Es cierto esto, o estamos equivocados? Si el propósito de la agricultura fuera tan sencillo y claro ¿cómo podríamos explicar los siguientes hechos?:
  • En algunos países la sobre producción agropecuaria es un gran problema.
  • En algunos países mueren miles de personas diariamente por falta de comida.
  • En algunos países los agricultores reciben incentivos del gobierno para dejar sus terrenos sin cultivar.
  • En algunos países millones de hectáreas son dedicadas a la producción de cosas que nadie puede comer.
  • En algunos países el productor recibe más en forma de subsidios e incentivos del gobierno que este recibe por la venta de sus productos.
  • En algunos países los efectos directos de la agricultura insustentable están degradando la tierra a tal velocidad que dentro de pocos años enormes áreas serán convertidas en desiertos sin valor ninguno.
Estos puntos nos deben hacer pensar y reflexionar. Esta gran industria mundial que llamamos con tanta facilidad “La agricultura” no solamente trata con la producción de alimentos, sino que es una actividad que tiene que cumplir con varios propósitos dentro del contorno comercial global. O sea, los sistemas agropecuarios sólo pueden funcionar si obedecen a las leyes de la economía y consideraciones de rentabilidad. Desgraciadamente, guste o no, las reglas imparciales de la economía dicen que si alguien no puede pagar, tampoco puede comprar. Si de alimentos se trata, esto quiere decir que el que no paga no come, aunque él, su mujer y sus niños estén muertos de hambre.
No debemos engañarnos, en nuestros propios países de América Latina se aplican las mismas leyes. Esta es una razón muy fuerte para adoptar el enfoque de sistemas, para ver no sólo la parte biológica sino también las implicaciones económicas. Solamente al desarrollar y manejar sistemas de producción eficientes en todo sentido será posible que los alimentos básicos estén al alcance de toda la población.

2.2 ¿Cuál es el propósito de la agricultura?

Quizás ahora tengamos más respeto por las preguntas que parecen fáciles pero no lo son. Existen muchos diferentes propósitos, según el punto de vista. El agricultor o ganadero no daría una contestación igual a la del consumidor, político o gobernante. El agricultor de subsistencia, quien cultiva media hectárea de arroz, no tendría el mismo propósito como el dueño de una empresa multinacional con plantaciones de palma africana, caucho, cacao y café en cuatro continentes. Los propósitos dependen de las personas involucradas; o mejor dicho, según los deseos y necesidades de los diversos individuos. Entonces podemos concluir en palabras muy sencillas que el “propósito de la agricultura es satisfacer necesidades o deseos del hombre”.
Los agricultores y ganaderos tienen por objetivo la satisfacción de sus deseos personales, en cuanto a la producción de alimentos para su propio consumo (subsistencia) y/o productos para la venta (agricultura comercial). A nivel nacional, desde el punto de vista del gobierno, también hay necesidades que satisfacer a través de la agricultura; como por ejemplo la seguridad alimenticia, exportaciones para la generación de divisas y la reducción de importaciones.
Hoy en día escuchamos más y más sobre los problemas de los gases de invernadero, el fenómeno del calentamiento del globo, la degradación de las tierras agrícolas y la contaminación del medio ambiente. Existen otras preocupaciones mundiales ligadas a la agricultura, pero estas sirven para demostrar el punto. La población del mundo hoy en día no sólo demanda la satisfacción de las necesidades individuales y nacionales por medio de la agricultura, sino que también busca la satisfacción de las necesidades de las futuras generaciones, de los hombres y mujeres que habitarán este planeta que llamamos ‘tierra’ dentro de 50, 100, 200 y más años. La agricultura ya no tiene simplemente que producir para hoy, tiene que ser también el guardián de los recursos naturales para su uso sostenible futuro. Como vemos, la agricultura es compleja y merece de una consideración profunda.

2.3. ¿Qué produce la agricultura?

Esta pregunta parece muy obvia porque ya hemos dicho que la agricultura produce alimentos para el hombre. Cierto, pero también produce fibras como algodón, lana, caucho, cuero y henequén que hasta hace relativamente pocos años han sido imprescindibles para el desarrollo de las civilizaciones humanas. El cultivo de plantas medicinales, tabaco, coca y opio también juega un papel muy importante en la agricultura y vida cotidiana de casi toda la población mundial.
El combustible para cocinar y calentar los hogares también es producto de la agricultura en muchos países, debido al uso de leña, pajas, estiércol seco, etc. Otro ‘producto’ de la agricultura son los paisajes agradables y posibilidades de paseos, caminatas y deportes campestres que las poblaciones urbanas crecientes necesitan para relajarse como antídoto a las múltiples presiones psicológicas de la vida de ciudad. Entonces debemos tomar en cuenta no solamente la “producción de alimentos” en nuestra definición de la agricultura, sino muchas otras cosas más.

2.4. ¿Cómo es realizado el propósito de la agricultura?

Al principio dijimos que la agricultura es simplemente una cuestión de cultivar la tierra. ¿Entonces sería correcto decir, que la producción de cerdos en confinamiento sobre pisos de cemento no constituye una actividad agropecuaria? El porcicultor no cultiva la tierra, sino que alimenta sus cerdos con concentrados balanceados comprados. Aquí tenemos la respuesta; el producto se obtiene debido al agricultor que produce los cereales (trigo, maíz, soya, etc) por medio del cultivo de la tierra. Entonces en forma indirecta la porqueriza ocupa mucho más tierra que el área cubierta por cemento y galpones.
El uso de lombrices para producir abono orgánico o el manejo de gusanos de seda también son tipos de cultivo de la tierra en forma indirecta. Aún así, existen algunas excepciones y con el desarrollo de los llamados procesos de ‘bio-ingeniería’ seguramente en el futuro habrán más excepciones a nuestra regla. Por ejemplo, el sistema intensivo de producción de hortalizas y hasta forraje de cebada para ganado lechero sin uso de la tierra; ¿o sea el sistema hidropónico constituye parte de la agricultura? El uso de bacterias y protozoos para la producción de proteína de origen animal en enormes cámaras de fermentación que se parecen más a una fábrica de químicos industriales que una propiedad agropecuaria. ¿Lo debemos considerar parte de la agricultura? Hay que pensarlo bien.

2.5. ¿Quién controla el proceso de producción agropecuaria?

Esto es otro punto clave, el verbo ‘cultivar’ requiere de alguien (un sujeto) que lo lleve a cabo, en este caso el que cultiva es el hombre. Si el proceso de agricultura no fuera controlado y manejado no sería agricultura sino simplemente la recolección y caza de plantas y animales silvestres. Este sistema sirvió al hombre durante miles de siglos pero fue reemplazado por la agricultura cuando el hombre primitivo se dió cuenta de los beneficios de asentamientos permanentes.
Por supuesto, el nivel de control entre diferentes sistemas es muy variable. Por ejemplo, una vaca en una lechería en los Estados Unidos vive bajo un control completo, su nutrición es planificada por computadora, su medio ambiente, horario, sus hábitos reproductivos son controlados por hormonas, su salud está bajo control estricto, etc, mientras una vaca en los lla os de Colombia está bajo muy poco control, tal vez sólo tiene contacto con el hombre una vez por año en el rodeo anual. Casi todas las funciones están bajo control de la naturaleza y no bajo control del hombre.
No es una coincidencia que, de todos los miles de especies de mamíferos que viven en el mundo, solamente 5 especies principales son utilizadas en la industria pecuaria. Por tradición el hombre ha utilizado los animales más fáciles de domesticar y controlar porque sin el concepto de control no hay producción ganadera solamente cacería de animales silvestres.
El control y manejo de plantas y animales por el hombre toma 4 formas principales:
  • Control de la ubicación.
  • Control de la nutrición.
  • Control de la reproducción.
  • Control del método y forma de aprovechar el producto.
Entonces podemos ahora definir la agricultura con más confianza y exactitud, según la sugerencia de Spedding (1979) de la siguiente manera:
“La agricultura es una actividad del hombre; primeramente para producir alimentos y fibras por medio de la utilización, control y manejo de los animales y plantas”.
Podemos agregar además, que el propósito primordial de la agricultura es la satisfacción de los deseos y necesidades de la humanidad de hoy y las generaciones futuras. La sostenibilidad económica y ecológica son dos factores que son interdependientes. Hoy en día con la creciente población humana, es más importante que nunca asegurar que la satisfacción de los deseos a corto plazo no comprometan las necesidades de la población humana a largo plazo.

2.6. Producción animal

¿Cuáles son los productos principales de los sistemas pecuarios? Piénselo un momento. Es seguro que su lista contiene los productos más comunes como: carne, leche, huevos y lana. En realidad existen muchos productos más como se ve en el Cuadro 2.1
Cuadro 2.1 Los productos principales de la producción animal. (Según Spedding 1979)
Tipo de ProductoProducto
AlimentosLeche
Carne
Pescado
Miel de abeja
Sangre
FibraLana
Pelos
Seda
Piel
Cuero
Plumas
FertilizanteEstiércol
Hueso
Plumas
Cuerno
TrabajoTransporte
Tracción
Fuerza
Los productos incluídos en el Cuadro 2.1, están en la forma que el hombre los utiliza; cabe mencionar otros productos que no son tan obvios, por ejemplo, la venta de animales vivos. Cualquier animal puede ser el producto de un sistema de producción sin necesariamente tener que matarlo primero.
Ejemplos:
  • Toretes reproductores
  • Vaquillas
  • Novillos listos para el engorde
  • Cerditos destetados
  • Huevos fértiles para ser incubados
  • Pollitos recién nacidos
  • ¿Ud podría sugerir más?
Hasta ahora hemos mencionado los productos principales de los sitemas agropecuarios más comunes. No obstante, no se deben olvidar otros productos que aunque no sean el objetivo principal del sistema, contribuyen significativamente a la producción total de ciertos sistemas.
Ejemplos:
  • Gallinaza de pollos para alimentar rumiantes
  • Estiércol de porcinos para lagunas de peces
  • Estiércol para producir biogas.
  • Semen de reproductores superiores
  • Embriones de hembras superiores
  • Alquiler de animales de trabajo
  • y hasta alquiler de toros de lidia (Costa Rica)
  • ¿Ud. podría sugerir más?

2.7. Resumen

Se ha tratado de desafiar al lector en cuanto a sus ideas predeterminadas que a veces aceptamos sin pensar mucho. Una de las grandes ventajas del enfoque por sistemas es que nos ayuda a formular las preguntas relevantes para expandir y profundizar nuestra comprensión de algún proceso. En este capítulo hemos hecho varias preguntas sobre la agricultura y la producción animal. Aunque este texto trata principalmente sobre sistemas pecuarios nunca debemos olvidar que esta actividad queda dentro del entorno global que llamamos la agricultura.
Hay una broma que dice que un sacerdote estaba hablando con el jardinero que cuidaba los jardines de la iglesia y la parroquia y éste le decía: “Felicidades Jaimito, con la ayuda de Dios has hecho de estos jardines una belleza” y el jovencito respondió “has debido verlos cuando las cuidaba El solo”. Aunque gracioso, esto nos subraya el hecho de que el control por el hombre es la clave de la agricultura y de las empresas agropecuarias. La Figura 2.2 ilustra como los recursos son sometidos a un proceso de conversión por el hombre. Este proceso de conversión resulta en los productos que entran al mercado para satisfacer los deseos del consumidor.
Figura 2.1 La producción pecuaria como un proceso que convierte recursos en productos.
Figura 2.1Fuente:http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=90050

lunes, 6 de abril de 2015

Sector primario

El sector primario está formado por las actividades económicas relacionadas con la transformación de los recursos naturales en productos primarios no elaborados. Las principales actividades del sector primario son la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la apicultura, la acuicultura, la caza, la pesca, explotacion forestal y la minería. Usualmente, los productos primarios son utilizados como materia prima en las producciones industriales.


La minería y otros sectores extractivos, a pesar de ser actividades cuya definición corresponde con la obtención de materias primas, no suelen considerarse como parte del sector primario a efectos de contabilidad nacional y se engloban con el sector energético y otros sectores industriales con los que comparten características (como la industria pesada).


Por el contrario, los procesos industriales que se limitan a empacar, preparar o purificar los recursos naturales suelen ser considerados parte del sector primario, especialmente si dicho producto es difícil de ser transportado en condiciones normales a grandes distancias. Del mismo modo, la industria agroalimentaria está tan estrechamente ligada al sector primario que se la suele considerar conjuntamente con él en muchas cuestiones.


El dominio del sector primario, tanto si se reduce al sector agrario como si se considera la totalidad de los sectores extractivos, suele ser una característica definitoria de la economía de los países subdesarrollados.


Historia

Desde el Paleolítico, el ser humano ha aprovechado los recursos de los bosques (maderas, frutos, plantas...). Estas actividades económicas son las más antiguas.


El descubrimiento de la agricultura dio lugar a la Revolución Neolítica. Los primeros pueblos nómadas de cazadores recolectores aprendieron a cultivar la tierra y cambiaron su modo de vida: se hicieron sedentarios y empezaron a producir sus propios alimentos. Paralelamente al descubrimiento de la agricultura, surgió la ganadería. Las personas comenzaron a domesticar y criar determinadas especies animales. Con la ganadería se obtenían alimentos (carne, leche, huevos, grasas...) y pieles. También utilizaron animales de tiro para las faenas agrícolas y el transporte.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=90050

lunes, 23 de marzo de 2015

viernes, 20 de marzo de 2015

Límites, superficies y puntos extremos de la Argentina

Límites:

Norte: limita con el Estado Plurinacional de Bolivia y la República del Paraguay.
Sur: limita con la República de Chile y el Océano Atlántico Sur.
Este: limita con la República Federativa del Brasil, República Oriental del Uruguay y el Océano Atlántico Sur.
Oeste: limita con la República de Chile.

Superficie:

Superficie Total 3.761.274 km², de los cuales:
2.791.810 km² corresponden al Continente Americano;
969.464 km² al Continente Antártico (incluyendo las islas Orcadas del Sur) y a las islas australes (Georgias del Sur y Sandwich del Sur).

Puntos extremos de la parte continental americana:

Norte: confluencia de los ríos Grande de San Juan y Mojinete, en la Provincia de Jujuy (Latitud 21º 46' S; Longitud 66º 13' O). Carta topográfica 2166-I y III, MINA PIRQUITAS.
Sur: Cabo San Pío, situado en la isla Grande de Tierra del Fuego, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Latitud 55º 03' S; Longitud 66º 31' O). Carta topográfica 5566-I y III, TOLHUIN.
Este: punto situado al noreste de la localidad de Bernardo de Irigoyen, en la Provincia de Misiones (Latitud 26º 15' S; Longitud 53º 38' O). Carta topográfica 2754-II, BERNARDO DE IRIGOYEN.
Oeste: punto ubicado en el Parque Nacional Los Glaciares - Provincia de Santa Cruz (Latitud 50º 01’S; Longitud 73º 34' O). Carta topográfica 5172-I y 5175-II, EL CALAFATE.
Puntos extremos de la Parte antártica:

La Antártida Argentina es la parte del territorio nacional comprendida entre los meridianos de 25º y 74º de longitud oeste, el paralelo de 60º sur, y los 90º sur (Polo Sur).
Fuente: IGN

Longitud de Fronteras

La República Argentina tiene un perímetro de fronteras que, solamente en la porción continental americana, se extiende a lo largo de aproximadamente 15.000 km.
De este total, 9.376 km corresponden a los límites con cinco países, y 5.117 km al litoral fluvial del Río de la Plata y el Mar Argentino.
Total: 9.376 km
Con Brasil: 1.132km
Con Bolivia: 742km
Con Chile 5.308km
Con Paraguay: 1.699 km
Con Uruguay: 495km
Fuente: IGN

Longitud de Costas

Río de la Plata: 392km
Litoral Atlántico: 4.725 km
Antártida Argentina e islas australes: 11.235 km
Fuente: IGN (Instituto Geográfico Nacional)

martes, 10 de marzo de 2015

Origen del nombre: ¿Por qué Argentina?



Son la geografía y la historia conjugadas con la lingüística, las que a través de los hombres conforman la toponimia de un país.Así como nuestro desarrollo histórico-geográfico y político se encuentra ligado a las tierras que se extienden adyacentes al majestuoso río color de león – Mar Dulce, Río de Solís, Río de Santa María, Río Jordán; el destino de la denominación de nuestra Nación no se pudo desprender de la atracción del río descubierto por Solís en 1516 y que finalmente se impondría en la cartografía como "Río de la Plata". Tal denominación proviene de Portugal en la tercera década del siglo XVI, para luego ser un uso corriente en los viajeros españoles como Diego García o Pedro de Mendoza.

Es así que, el 21 de mayo de 1534, el rey de España firmaba el asiento concedido a Pedro de Mendoza, para la conquista y población de las tierras y provincias del Río de la Plata.

Por el año 1554, aparece por primera vez en una pieza cartográfica, del portugués Lopo Homen la denominación de Terra Argentea.

Por el año 1554, aparece por primera vez en una pieza cartográfica, del portugués Lopo Homen la denominación de Terra Argentea.
En 1602 se publicó en Lisboa el libro a partir del cual se habría de imponer la denominación de Argentina.

Nos referimos a la obra "Argentina y conquista del Río de la Plata, con otros acaecidos de los reinos Del Perú, Tucumán y Estado del Brasil" de Martín del Barco Centenera. Es aquí donde el autor utiliza la latinización del término "argenteus", inusual para la época, ya que lo común era utilizar la adjetivación argenteados o argénteo, según comenta Ángel Rosenblat en su obra "Argentina, Historia de un Nombre".

En los primeros tiempos ese término se mantiene dentro de los sectores cultos de la población y es así, que, Manuel José de Lavardén publica en el primer número del Telégrafo Mercantil, su Oda al Majestuoso Río Paraná donde hace mención a las "sencillas ninfas argentinas".

Un hito importante en la difusión del citado término, es su paso desde los sectores cultos a los niveles populares, asociado al proceso revolucionario de los hombres de mayo.

Un claro ejemplo, lo tenemos en el Himno Nacional de Vicente López y Planes, adoptado por la Asamblea del año 1813: "A vosotros se atreve ¡Argentinos!..."

A partir de aquí, podemos comprobar cómo, desde una óptica eminentemente literaria, nace la denominación de Argentina, y que con el transcurso de los años pasaría a tener una connotación política-geográfica y que por sobre todo iría marcando la individualización del habitante de las comarcas rioplatenses y del espacio que ocupa.

Este espacio geográfico inmerso en las dilatadas tierras que la corona española poseía en América va a tomar distintas denominaciones según los descubridores y hechos históricos que se irán sucediendo en la difícil integración y unidad nacional.

Desde el Virreinato del Perú, pasando por la formación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, hasta llegar a la actual denominación oficial, encontramos títulos relacionados con los vaivenes políticos que se sucedieron durante las distintas etapas de consolidación de nuestra entidad nacional.

La Primera Junta acuerda por expresión de su Cabildo, la denominación Provincias Unidas del Río de la Plata, que a su vez será tomada por la Asamblea del año XIII. Posteriormente, en 1816, el Congreso que proclamó la independencia, utilizó el nombre de "Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica".

Como vemos, en la época de nuestra emancipación no se utilizó con frecuencia el término "Argentina". La razón la encontramos, en que al estar tal denominación asociada a la hegemónica Buenos Aires, no constituía un factor de integración entre las provincias. Con la Constitución de la República Argentina del 24 de diciembre 1826 se oficializa esta designación.

El enfrentamiento entre federales y unitarios trae consigo la utilización de las denominaciones Confederación Argentina o Provincias Unidas del Río de la Plata, según las tendencias que las propiciaron.

El 1° de octubre de 1860 se promulga la Constitución de1853, donde se realizan enmiendas a ésta y se agrega el art. 35, donde dice: "Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y el territorio..."

A los días de promulgada en la ciudad de Paraná, el presidente Santiago Derqui, teniendo en cuenta la necesidad de unificar la denominación de la Nación para los actos administrativos, decreta que: "el gobierno ha venido en acordar que para todos estos actos se use la denominación de República Argentina". De allí derivan los calificativos con los cuales se identificarían en el futuro a los habitantes y al territorio que ocupa el extremo meridional del continente americano.

Pero como los hombres son quienes imponen los nombres, éstos no permanecen inalterables, cambian, son modificados por los distintos usos o costumbres. Así aparece una expresión simplificada para designar a nuestro país en el orden internacional y especialmente dentro de la Organización de las Naciones Unidas: Argentina, solamente, suprimiendo el sustantivo República.

Resumiendo, desde su origen latino y con las distintas denominaciones con que nos conociera el mundo a lo largo de nuestro devenir histórico, hoy, el nombre de ARGENTINA identifica a esta nación de la que orgullosamente formamos parte.

Fuente: Prof. Ruben M. Albanese, en Revista del IGM ( Actualmente I.G.N. "Instituto Geográfico Nacional" según Decreto Presidencial 554/2009 ), año 1, N° 0